Un buddy es más que un simple compañero de trabajo: es un mentor informal, un guía, y en muchos casos, el primer amigo dentro de la empresa. Su propósito principal es acompañar al nuevo empleado durante sus primeras semanas o meses, ayudándolo a comprender tanto los aspectos prácticos del trabajo como la dinámica social y cultural de la organización.

Esta relación de apoyo puede aliviar muchas de las tensiones y dudas que acompañan a los primeros días en un nuevo rol, haciendo que el empleado se sienta valorado, respaldado y listo para dar lo mejor de sí mismo.

Beneficios clave de tener un buddy

Cómo implementar un programa de buddy efectivo

Para crear un programa de buddy exitoso, es importante seguir una serie de pasos claros que aseguren tanto la preparación del buddy como la satisfacción del nuevo empleado.

Primero, es fundamental seleccionar cuidadosamente a los buddies. Estos deben ser empleados con experiencia en la empresa, buenas habilidades interpersonales y una disposición genuina para ayudar a otros. Idealmente, deben ser personas que puedan transmitir la cultura organizacional y brindar orientación práctica con entusiasmo.

A continuación, es clave definir roles y expectativas. Tanto el buddy como el nuevo empleado deben comprender cuál es el propósito de esta relación y cómo se medirá su éxito. Por ejemplo, el buddy puede ser responsable de responder preguntas cotidianas, explicar procesos específicos o facilitar la conexión del nuevo empleado con otros miembros del equipo.

Es recomendable proporcionar recursos y formación a los buddies para prepararlos para este rol. Esto puede incluir guías con preguntas frecuentes, información clave sobre la empresa y estrategias para crear una experiencia positiva.

Finalmente, es esencial fomentar el feedback continuo. Durante y después del período de acompañamiento, recopila opiniones tanto del buddy como del nuevo empleado. Esto permitirá ajustar el programa con base en las necesidades y mejorar continuamente la experiencia para futuras incorporaciones.