El éxito en puestos de responsabilidad no significa ser el mejor empleado del equipo. Está determinado por la capacidad para ayudar a tu equipo a crecer, alcanzar sus objetivos y contribuir a la visión más amplia de la empresa.

Eso implica ayudarlos a aprender las tareas en las que están trabajando y, cuando sea apropiado, crear oportunidades para que asuman un trabajo más visible o desafiante.

Por eso es tan importante aprender a delegar, ya que puede ayudar a recuperar tiempo valioso y brindar al resto del equipo más oportunidades de desarrollar sus habilidades. Delegar consiste en aflojar el control y aumentar la responsabilidad.

Determina qué puedes delegar y a quién

Una vez descubras que delegar es parte de tu trabajo, podrás determinar qué proyectos puedes asumir, qué trabajo delegar y a quién.

Muchos proyectos requerirán de tu experiencia, aporte a la empresa y conocimientos como líder, y, por lo general, no son adecuados para delegar en un empleado menos experto. Algunos ejemplos incluyen crear objetivos de desarrollo para los miembros de tu equipo, establecer puntos de referencia trimestrales o contribuir a una iniciativa como representante del departamento.

Aprovecha las fortalezas de tu equipo

Cada proyecto delegado debe cumplir una función, desde liberar carga de trabajo de un proyecto más complejo, como ayudar al equipo a ganar visibilidad, tanto interna como externa.

No siempre hay que delegar un proyecto completo en otra persona, por lo que considera qué tareas podrían requerir habilidades en las que los miembros de tu equipo tengan experiencia.

Puedes identificar estas habilidades observando a las personas en acción o haciendo preguntas durante conversaciones individuales como: «¿Qué tipo de trabajo te llena de energía?»; «¿Cuáles consideras que son tus mayores fortalezas?»; «¿Qué te hace sentir más realizado?»

La importancia de la comunicación

Cuando delegues un proyecto a un empleado, recuerda que necesitan saber qué estás delegando, por qué se les pide que lo hagan y qué esperas de ellos. Esa conversación puede servir como una oportunidad para reconocer las fortalezas y el potencial de cada miembro de tu equipo.

Es importante establecer el alcance de la toma de decisiones: qué requerirá tu consulta y qué pueden decidir por sí solos. Tu trabajo será establecer los objetivos y las expectativas y el suyo determinar el proceso para alcanzarlos.

Reflexión

Una vez terminado el proyecto, puedes hacer una visión retrospectiva para conocer cómo fue el proceso desde su punto de vista. A través de estas conversaciones, puedes identificar qué puedes hacer para ayudar a tu miembro del equipo a seguir adelante y descubrir nueva información sobre cómo mejorar tus habilidades de delegación.